jueves, 29 de octubre de 2009

viernes, 9 de octubre de 2009

Destrcción del Amazonas




Según el último balance oficial, entre mediados de 2005 y 2006 Brasil perdió 14.039 kilómetros cuadrados de selva; prácticamente la misma superficie que la provincia de Sevilla. La buena noticia es que esta enorme área es un 25% inferior a la que se perdió en 2004/05.













Estos datos han llevado al presidente del país, Ignacio Lula da Silva, a manifestar su esperanza de que el progreso de la agricultura no sea incompatible con el respeto a la Naturaleza. "Tenemos posibilidad de aumentar nuestra agricultura sin invadir la Amazonía. Es necesario aumentar la producción sin destruir más de lo que ya fue devastado. Tenemos áreas enormes ya degradadas que pueden ser utilizadas para el plantío sin necesidad de invadir áreas que necesitamos preservar", afirmó.







La ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, explicó que en 2004/05 se perdieron 18.793 kilómetros cuadrados de selva tropical. A largo plazo, el proceso es más rotundo. En 2003/04 fueron 27.000 kilómetros cuadrados, una cifra similar a la del máximo alcanzado en 1994/95, cuando se destruyeron 29.000 kilómetros cuadrados.







No obstante, el resultado es un tanto decepcionante pues el Gobierno se había propuesto que la destrucción no superase los 13.100 kilómetros cuadrados. Además, hubo un aumento del 24% de la deforestación en las Áreas de Protección Ambiental.







El nuevo cálculo es más preciso que los anteriores gracias al empleo de satélites con mejor resolución, que captan zonas deforestadas de pequeñas dimensiones. Con todo, el director del Instituto Nacional de Investigación Espacial, Gilberto Cámara, explicó que los sistemas actuales de monitorización "no consiguen ver" áreas menores de 25 hectáreas y que "ven mal" las comprendidas entre 25 y 50 hectáreas.






Esto es relevante porque según explicó el secretario de Biodiversidad y Bosques, Joao Paulo Capobianco, hay una "tendencia al crecimiento de las áreas desforestadas de pequeño tamaño", lo que exigirá la mejora de los equipos de vigilancia.
Sólo en los Estados de Amazonia y Roraima hubo un aumento de la deforestación. Greenpeace ha alertado sobre los nuevos peligros que se ciernen sobre la selva, y en particular el incremento del cultivo de soja.

EL Dodo

El Pájaro Dodo se vió por primera vez alrededor de 1600 en Mauricio, una isla del Océano Índico. Sólo quedan dos cabezas de Pájaro Dodo y dos patas repartidas en varios museos europeos de este pájaro extinguido hacia 1681. El Pájaro Dodo era un producto evolutivo típico de las islas. Al carecer de un depredador natural (ya que no habían mamíferos en la isla), perdió la necesidad de volar. En consecuencia, sus alas se redujeron y atrofiaron y desarrollaron a cambio unas patas robustas y demasiado grandes para un ave de su tamaño. Con semejante desproporción el Dodo no podía caminar con la más mínima elegancia, mucho menos intentar correr. Estos atributos y su aspecto particular le valieron el apodo de pájaro bobo. El Dodo se alimentaba de los frutos que caían de los árboles y anidaba en tierra. Su lentitud y el hecho de poner sus huevos en tierra lo dejó totalmente indefenso ante los marineros de barcos de comercio, quienes utilizaban su carne como alimento, depredeando además los bosques de la isla, su principal habitat. Mas tarde la introducción de diversos mamíferos, como cerdos, ratas, perros y gatos; terminó por acabar con sus huevos, y con ello con su descendencia. El Pájaro Dodo se extinguió en menos de ochenta años luego de la llegada del hombre a las islas Mauricio. Las pocas fuentes que hay del Dodo son los cuentos de hadas, como el caso de Alicia en el país de las Maravillas, de Lewis Carroll, donde aparecía como un ser absurdo e irreal.