jueves, 20 de enero de 2011

Polo Sur

Los perros de Amundsen en el Polo Sur fueron los perros esquimales que se convirtieron en uno de los factores principales que posibilitaron el viaje de ida y vuelta al Polo Sur del explorador noruego Roald Amundsen (Borge, Noruega, 16 de julio de 1872 - Mar de Barents, 18 de junio de 1928) que organizó y dirigió la expedición que trasladada en 1910 en el barco Fram desde Noruega hasta la placa de hielo Ross en la Antártida, invernó sobre ella y al año siguiente, el día 15 de diciembre de 1911, fue la primera que logró llegar al Polo Sur. Para alcanzar esta meta se basó en que los expedicionarios eran todos excelentes esquiadores y que para el transporte en trineos de los enseres y de los alimentos empleó perros esquimales.

Había leído los relatos de Scott y Shackleton sobre sus intentos de alcanzar este polo, por lo que conocía la característica del territorio que era necesario recorrer para llegar hasta él y que se componía de tres fases muy diferenciadas al estar conformado por la placa de hielo de Ross con sus grietas cubiertas de frágiles puentes de nieve, una cadena montañosa que era preciso remontar por alguno de sus glaciares rotos por las grietas y en los que sobresalían enormes rocas, unas ancladas en la corteza terrestre, otras, sueltas e inestables, y el altiplano cubierto de nieve que llevaba al Polo Sur.

Roald Amundsen.Tanto Scott como Shackleton habían empleado perros y ponis manchurianos para tirar de los trineos cuando atravesaron la placa de Ross. Amundsen conocía muy bien las características de los perros esquimales y se extrañaba de que Scott los considerara inferiores a los ponis manchurianos para moverse sobre una placa de hielo. No se explicaba la mala experiencia que había tenido el expedicionario inglés con sus perros y que sólo podía deberse a que los perros no entendieron a su amo o era el amo el que no entendía a los perros. Entre amo y perro es preciso que desde el primer momento se llegue a un correcto entendimiento. El animal tiene que comprender que tiene que obedecer inevitablemente, imponiéndole el amo su poder. Si esta relación ha tenido lugar, el perro estará en condiciones, superiores a otros animales de tiro, para recorrer grandes distancias sobre el hielo.

Amundsen consideró que únicamente era posible llegar al Polo Sur con éxito si se empleaban perros esquimales. Las tres ventajes principales en las que basaba su empleo eran que éstos, debido a su menor peso, pueden pasar mejor sobre los puentes de nieve formados sobre las grietas que había en el hielo y si el puente se hunde y cae el perro, no ocurre una desgracia, puesto que se le agarra de la nuca y ya está otra vez sobre el hielo firme. La segunda gran ventaja es que el perro puede ser alimentado con carne de perro, con lo que se puede disminuir notablemente la provisión de alimentos para estos animales. Según se avanza, el peso que se arrastra con los trineos va disminuyendo por la comida consumida tanto por los hombres como por los perros, al igual que se reduce el del petróleo utilizado. Por ello se puede prescindir durante la marcha de algunos perros y sacrificando los menos buenos, se alimenta con ellos a los demás. El recibir los perros de vez en cuando carne fresca, fue lo que hizo que pudiesen realizar el esfuerzo que se les exigió durante el viaje al Polo Sur. Y la tercera, la más importante, era que una vez recorrida la placa de Ross y llegados a las montañas que precisaban ser remontadas por un glaciar, a los perros, aunque con gran dificultad, les resultaría posible seguir tirando de los trineos si éstos eran aligerados de peso y los hombres les ayudaban a arrastrarlos, y una vez superado este tramo, habiendo alcanzado la superficie del altiplano cubierto de nieve, estarían capacitados para conducirles rápidamente a la meta.

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